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3 Historias PARANORMALES Y DE TERROR vividas por CAMIONEROS EN CARRETERAS de México | RELATOS DE HORROR
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Relato 1 - No duermas cerca de las cruces
Esta historia no la viví yo, me la conto uno de mis tíos, cuando trabajaba como trailero en la empresa Castores.
Cuando entré a trabajar yo era copiloto, mi primer viaje fue desde Mazatlán hasta Tijuana, no me imagine jamás lo cansado que era viajar en un camión tan largas distancias durante tanto tiempo, al frente en la carretera vi un claro muy bonito donde podíamos estacionarnos y bajarnos a estirar las piernas, le dije al chofer que si podríamos pararnos a descansar tantito, y me dijo que si, pero que tendría que esperar un poco mas, le señale al claro aquel que se veía al frente, yo comencé a sentir muchísimo sueño, tenia la sensación de que si me recostaba en el asiento me quedaría dormido.
Mi compañero miro el claro con atención y me dijo, no, allí no, en ese lugar jamás te detengas, cuando estábamos por llegar, me señalo 3 cruces que había en aquel lugar, me comento que ese claro, no aparece siempre en el mismo lugar, que a lo largo de aquel tramo de carretera el claro de las cruces cambia de lugar, que debería tener cuidado por que muchos traileros comentan que en ese claro cosas raras pasan, que de hecho cuando apenas vez ese lugar, comienzas a sentir mucho sueño, es como una trampa para que te detengas en aquel lugar.
Algunos meses después, me toco ser copiloto de un trailero que venia del sur del país, era su primer viaje en esas rutas, esa vez íbamos desde Tijuana hasta Nuevo Vallarta, después de unos días de ir prácticamente sin parar, el chofer me dijo que si podíamos pararnos a descansar que sentía mucho sueño, de inmediato vino a mi mente aquello que me había dicho mi anterior compañero, comencé a buscar para ver si veía aquel claro donde estaban las cruces, pero no lo vi por ningún lado.
Nos paramos a la orilla de la carreta y nos bajamos del camión, eran como las 3 de la tarde y llevábamos ya casi 10 horas en ruta, teníamos bastante hambre, asi que sacamos unas bolsas con un par de tortas que compramos al pasar por un pueblo.
Terminamos de comer y mi compañero me pregunto que si yo sabia manejar un tráiler, lo que negué, le pregunte que si había algún problema o algo, me respondió que se sentía un poco mal, como si le fuera a dar gripa, que le dolía todo el cuerpo y sentía un cansancio de los mil demonios.
Le dije que se durmiera un rato y que por la tarde o la noche nos íbamos si ya se sentía mejor, o que si quería pues pasáramos allí la noche, con un suspiro como de alivio me agradeció y se subió a la cabina a dormir, para entonces ya era casi las 5 de la tarde.
Me subí yo también la camión y me puse a leer una revista en lo que el chofer dormía un rato.
Baje del camión para buscar donde orinar, me metí detrás de unos arboles, comencé a hacer lo mío, escuche la puerta del tráiler que se abrió y luego se cerro con mucha fuerza, pensé que era mi compañero que también se había bajado para hacerme compañía, pero al asomarme no vi a nadie.
Cuando terminé, y me disponía a regresar al camión, escuche como que alguien caminaba detrás mío, sentí escalofríos, y con miedo me gire para ver quien era, pero no vi a nadie.
Sin pensar corrí de vuelta al tráiler, al abrir la puerta vi que mi compañero no estaba, aunque no lo vi salir de la cabina no estaba, ni siquiera me subí al camión y regrese a los arboles gritando su nombre, pero nadie me respondía, rodee en camión y mire debajo de el, pero mi compañero no estaba, dentro de la caja de carga no podía estar por que nosotros no traíamos las llaves, se supone que las traería otra persona que nos esperaba ya en Nuevo Vallarta.
Continúe buscando, pero no lo pude encontrar, cayo la noche y mi compañero seguía sin aparecer, ya bien entrada la Noche comencé a escuchar a lo lejos como que gritaban mi nombre, pensé de primeras que era mi compañero y baje corriendo del camión para ver de donde venían los gritos, no se alcanzaba a ver nada y no traía alguna lampara, le grite de vuelta para ver si me respondía, y asi fue.
Le pregunte que si estaba bien, que donde estaba, pero solo gritaba mi nombre, cada vez con mas desesperación, eso ya se me hizo bastante raro, comencé a temblar de miedo, por que el grito era cada vez mas desesperado y yo no sabia que hacer, apenas se veía algo, la luz de la luna no alumbraba mucho.
Me subí de nuevo al camión y intente llamar por radio a alguien, pero el radio estaba muerto, en ese momento escuche como intentaban abrir la puerta del copiloto, me asome pensando que seria mi compañero, pero no había nadie, ahora era la otra puerta, algo estaba intentando entrar a la cabina del tráiler.
No se veía nada, ni se escuchaba nada.
Estaba sudando frio y muerto de miedo.
Las luces del tráiler comenzaron a parpadear como si alguien dentro de la cabina estuviera jugando con ellas, obviamente no era yo y no había nadie mas en la cabina.
Comencé a escuchar que tocaban las ventanas, como cuando las tocas con las uñas, primero las del parabrisas y de inmediato las de las puertas, pero no se veía nada, me paralice del miedo, tenia ganas de gritar y de salir corriendo, pero no me atrevía a nada.
Tocaban las ventanas con tanta desesperación y tan rápido, que no era posible que fuera una sola cosa eso de allá afuera, tendrían que ser mas de una para poder tocar una ventana y de inmediato la del otro extremo o moverse muy rápido.
Intentaba con desesperación llamar por el radio a alguien, pero estaba completamente muerto, no podía usarlo de ninguna manera.
El limite llego cuando al mirar de rápido una ventana alcance a ver un rostro, era como un niño pálido, con una mueca de horror, aquella imagen no duro apenas un segundo y se quito de la ventana, pero yo ya estaba completamente aterrado, gritando, estaba teniendo pánico, temblaba y lloraba, presa de mi terror me acurruque en mi asiento y abrace mis rodillas, cubriendo mis ojos.
Cuando ya no se escuchó nada, abrí los ojos lentamente, vi que por fortuna ya estaba saliendo el sol, ya podía ver el paraje, tembloroso baje del camión, con mucho miedo, miraba hacia todas partes esperando que algo saliera de entre las ramas o los arbustos.
Me puse a llorar a la orilla de la carretera, parecía que todo había terminado y me sentí mas tranquilo.
Escuche un quejido unos metros atrás en la carretera, vi que era mi compañero, estaba recostado boca abajo en el pavimento, desnudo, solo traía su bóxer puesto, no traía ni pantalón, ni playera, ni siquiera zapatos.
Cuando lo encontré, estaba muy frio, temblaba y el color de su piel era casi morado, llame por el radio para que nos vinieran a buscar, ya servía el radio.
Abrigue a mi compañero, pero no dejaba de temblar y me miraba con los ojos abiertos en toda su extensión, lagrimas escurrían de aquellos ojos perturbados, pero no lograba articular palabra, me estremecía de sobremanera su mirada.
Como 1 hora después, llegó una ambulancia y lo atendieron, tenia golpes en todo el cuerpo y una pierna rota, además que estaba en shock, no hablaba, solo balbuceaba, pero nada que se pudiera entender.
Llego otro chofer de la empresa para llevarse el camión, y al avanzar unos cuantos metros, tal vez unos 100 metros, vi que allí estaba aquel claro con las cruces, donde se supone que nunca debimos parar.
Mi compañero hasta donde se sigue sin hablar, quedo como en un permanente estado de shock, de alguna manera prefiero que sea asi, no se que habrá visto que lo asusto tanto, al punto que parecía haber visto a la muerte misma, sea lo que sea, no lo quiero saber jamás.
Yo deje ese oficio por que la verdad quede traumado, cuando viajamos en carretera prefiero dormir, que mirar la oscuridad de afuera.
Relato 2 - La chica fantasma de la carretera
Soy trailero y desde pequeño me inicié en este oficio. Mi padre en paz descanse me llevaba a sus viajes por las carreteras de México y aprendí a conducir un camión apenas alcance los pedales.
Con el tiempo me volví camionero experimentado como mi papá y trabajé en muchas compañías. Nunca me pasó nada extraño, nada que no fueran todo tipo de accidentes por la imprudencia o la estupidez de algunas personas, llevé a mucha gente en mi cabina de la que aprendí cosas y me contaban historias sobre carreteras y leyendas que podías encontrar en pueblos por los que comúnmente pasaba; pero a mí no me pasó, ni vi nada durante muchos años, pero la suerte se me acabó y experimenté algo que me dejó marcado durante mucho tiempo y aun lo recuerdo y me inquieta.
En ese entonces vivía en Linares, Nuevo León. Empecé a trabajar para una línea cañera que transportaba azúcar. Tripulaba un Kenworth con el remolque lleno de producto, salí desde Tantoyuca, Veracruz con rumbo a Laguna del Mante, el camino estuvo tranquilo y sin ninguna novedad, ya casi llegado al punto de descarga, había un reten militar en donde había una larga fila de camioneros esperando a ser revisados. Era inevitable, así que me relajé para esperar el turno, afortunadamente pasamos rápido.
Cuando estuve en el retén, un soldado me pidió bajar mientras que otros revisaban la cabina. Al preguntarme hacia donde me dirigía le dije que a Laguna a descargar azúcar, revisó mis documentos, el manifiesto y continué mi Avancé unos 6 kilómetros y vi algo que venía por la orilla de la carretera, era de noche así que le aventé las luces altas. Mientras me acercaba me di cuenta que se trataba de una mujer, con un extraño cabello rojo y un vestido blanco floreado y una chamarra de mezclilla. Al iluminarla pude ver que sus zapatillas tipo flats brillaban de una manera peculiar. Lo más raro es que parecía estar de pie a la orilla de la carretera sin moverse y viendo hacia el frente, sentí algo de temor porque cuando veías gente así corrías el riesgo que se aventaran a las ruedas del camión, así que empecé a hacer cambio de luces varias veces como señal de advertencia. Aminoré la velocidad para prevenirme. Cuando pasé a su lado vi que estaba de espaldas y me pareció extraño porque antes la había visto mirando al frente, solo pude ver su cabello rojo y el vestido ondular con el viento.
Pensando que quizás necesitaría ayuda ,hice lo que se suponía no debería; pero me ganó la curiosidad y me detuve metros más adelante, no había tanto trafico así que no hubo problema en pararme. Bajé de la unidad y corrí hacia la muchacha. Al verla noté que estaba con la cabeza agachada en señal de tristeza o alguna tribulación, al acercarme le pregunté si estaba bien, que si la podía llevar. Al decir esto último la muchacha volteó de una manera muy extraña, fue bastante rápido como si la realidad se viera cuadro a cuadro y en un instante lo que debía ser el rostro de una joven bonita resulto ser, nada. Un enorme hueco se podía ver en medio de aquella cabeza, obscuro e inquietante. Al ver esto el terror me invadió de una manera tal, que me hice para atrás intentando alejarme de esa horrible visión, y me caí de sentaderas en el pavimento, mientras veía a aquella cosa con su “rostro” apuntando fijamente hacia a mí , me arrastré sin dejar de ver eso y al incorporarme corrí lo mas rápido que pude con el corazón saliéndoseme del pecho.
Me subí a la unidad y le metí marcha, no quise voltear; pero en el retrovisor sentía que de pronto aparecería la joven sin rostro, me concentré y revolucioné el motor al máximo para imprimir velocidad y alejarme.
Era imposible, era algo que no podía creer, pero lo había visto y sentí tanto frio que comencé a temblar y a sentirme mal de la panza. Cuando por fin llegué a Laguna, ya estaban varios camioneros esperando descargar, estacioné el vehículo y bajé vomitando de la unidad. Me sentía terriblemente mal y temblaba copiosamente. Algunos choferes que estaban cerca, se acercaron al ver mi estado y me preguntaron que me pasaba.
Sin poder hablar, me senté y tomé un poco de agua que me ofrecieron, luego de que me calmé empecé a platicarles lo que vi en la carretera antes de llegar. Yo esperaba que me vieran extraño o me tildaran de drogadicto o loco; pero en vez de eso, me miraron condescendientes y uno de ellos, el de más edad. Dijo que efectivamente, siempre se aparecía en ese tramo, según se sabía por dichos de la gente, que a esa muchachita la atropellaron, haciéndole pedazos la cabeza. Sin embargo otros tenían una versión mas creíble y era que a esa joven la habían abandonado ya muerta y que el trailero que la mató, utilizó un marro para aplastarle la cabeza, quizás por eso esa apariencia.
La verdad es que nadie me dio una razón convincente para que pudiera aparecer eso, no quise saber más del asunto y luego de entregar la mercancía tuve que regresar a la compañía.
Dure muchos días sin poder dormir, tenia pesadillas e incluso sentía que la muchacha se subía a la cabina y de reojo podía verla ahí por un lado mío. Eso me tenía bastante tenso y mi familia tuvo que curarme de espanto. Aparentemente me tranquilizó un poco; pero después me volvieron a mandar al ingenio para llevar azúcar a Laguna del Mante. Eso me puso nervioso; pero no quería entrar en pánico, así que me calmé y manejé sin más problemas. Serían como las 10 de la noche cuando de nueva cuenta me paré en el reten militar. Un soldado que me fue a revisar me hizo lo misma pregunta que el anterior y le respondí lo mismo. Pero al decirle mi destino me miro sorprendido y dibujo una sonrisita que me incomodó y más cuando me dijo que si me había persignado antes de salir para Laguna. Le conteste que sí, pero sentía que temblaba. Le comenté que siempre lo hacía porque sabía que había muchos problemas de delincuencia en el área, a lo que el soldado me respondió con una escalofriante afirmación:
–Pues si delincuentes, pero además de eso, ya han pasado varios camioneros y autobuses que nos han reportado ver a la joven muerta que se aparece en el tramo más adelante. Ya se mandó una patrulla; pero pues que haces con eso.
Sin decirle más, el se quedó riendo mientras yo comencé a sudar de las manos, no quería ver de nuevo a aquello, Arranque y me fui manejando rápido. Cuando apenas iba a cruzar el tramo donde había visto al ánima, vi con alivio que no había nada ahí, pasé sin voltear y agradecí a Dios por haberme evitado ver eso. En eso, pensaba cuando por el retrovisor vi que se asomaba en la parte trasera del remolque la cabeza agujerada de la joven, al verla di un leve “volantazo” que casi me saca del camino, volví a ver y ya no estaba. Al llega a Laguna de nueva cuenta estaba muy mal, el terror me nubló la mente y no podía siquiera maniobrar la unidad, por lo que unos compañeros tuvieron que ayudarme. Después de esa noche no quise regresar de inmediato, esperé al alba para poder retornar y en cuanto lo hice, renuncié a la compañía. Jamás volví a manejar por esos rumbos, por el temor que algo se me apareciera en el camino.
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Relato 3 - Con patas de cabra
Cuando era joven, la verdad es que era bastante guapo, no se me complicaba para nada conseguir algún amor pasajero en los pueblos a los que llegaba.
La empresa para la que trabajaba solía mandarme de noche a hacer entregas por que las tiendas abrían muy temprano, casi todos los días, salía a mas tardar a las 8 de la noche para llegar a las tiendas a las 5 de la mañana y que pudieran descargar antes de las 8 que era la hora de apertura.
Esa ocasión me mandaron a una tienda nueva, yo no conocía esa ruta, pero tenia mi mapa y me aprendí algunas indicaciones, yo iba bastante contento por que había escuchado que el aquella ciudad las mujeres eran muy hermosas, en el camino me estaba imaginando ya encontrar algunas conquistas.
Pase por una gasolinera donde me detuve para orinar y tomar un café, había bastante gente, algo raro ya que eran las 4am, según el mapa ya no faltaba mucho para llegar a aquella ciudad, seguro por eso habría tanta gente y yo al estar acostumbrado mas a provincia pues me era extraño.
Decidí no perder mas tiempo, aborde mi tráiler y arranque, apenas había recorrido unos 300 metros cuando vi en la orilla del camino a una joven que caminaba con rumbo a la ciudad, baje la velocidad y me detuve prácticamente a un costado de la chica, la cual iba con un vestido blanco y una chaqueta de mezclilla azul, abrí la puerta del copiloto y amablemente le pregunte si quería que la llevara al pueblo, me miro y asi sin mas se subió a mi camión.
Retome la marcha y comencé a hacerle platica a la chica, pero apenas contestaba que si o que no con la cabeza, por mas platica que hacia la chica no decía palabra alguna, intente cualquier cosa pero nada parecía de verdad llamar su atención, solo me miraba, asentía con la cabeza y volvía la mirada al frente.
En ese entonces yo era todo un bonachón y para mi no había un no, como vi que mis palabras no funcionaban, pase de charlar a tener la mano suelta, lo se, ahora me avergüenzo, pero en ese entonces yo era alguien diferente, asi que puse mi mano en su muslo de manera disimulada para ver si la chica respondía de alguna manera o intentaba quitarme la mano, pero la chica apenas y noto lo que había hecho.
Ya de alguna manera emocionado por que al parecer la chica estaba aceptando, baje un poco la mano para llegar al limite de sus vestido y levantarlo un poco, al principio mi mano solo alcanzo a tomar el vestido, pero se resbalo, recalcule mi movimiento y la siguiente vez en lugar de tomar el vestido mi mano cayo directamente en su piel.
Sentí en mi mano el calor de su piel, pero también note que traía algo como un mayon, al recorrer mi mano mas hacia su entrepierna, confirme que no era un mayon, su piel tenia un textura extraña, era como si acariciara la piel de un animal, creí que ya estaba imaginando cosas, tal vez el cansancio ya estaba haciendo mella en mi, asi que mire de reojo para confirmar lo que mi mano sentía, confundido por lo que veía de reojo e impulsado por el miedo, levante de manera brusca el vestido de la mujer.
No creía lo que veía, mi corazón latía fuerte, solté el vestido y de momento no supe que hacer, la chica tenia piernas de cabra.
Un segundo después, al asimilar lo que había visto, mi primera reacción fue querer soltar el acelerador y el volante para salir corriendo de allí e intentar regresar a la gasolinera a apedir ayuda, pero mis manos estaban como pegadas al volante y mis pies a los pedales, no podía moverme, pero no sabia si es por que era presa del panico o por que aquella creatura estaba de alguna manera provocando aquella situacion.
Como pude me controle, pero por dentro estaba aterrorizado, las ventanas comenzaron a empañarse, incluyendo el parabrisas, apenas veía el camino, por el rabillo del ojo vi que la mujer agito de manera violenta su cabeza, el mismo tiempo que todo su cuerpo tiritaba, asustado grite.
Comencé a rezar en voz alta, pero cada palabra que decía parecía enojar mas a aquella mujer, cuando voltee a mirar a mi pasajera, vi que ahora también tenia cabeza de cabra, con cada respiro de aquella cosa los vidrios se empañaban mas y mas y el camino era menos visible cada vez.
Mis oraciones ahora las estaba haciendo a gritos, ya no podía mantener la calma, sentía que iba a chocar pues no veía apenas nada del camino y mis pies no soltaban al acelerador, al contrario estaban acelerando cada vez mas.
Al frente por fin pude ver las luces de la ciudad, pero esto no era del todo grato, pues no podía detener mi camión y no quería estrellarme o provocar un accidente grave con personas involucradas, por fortuna de un momento a otro la puerta del pasajero se abrió y aquella cosa salió de un salto, imagino que era por que estábamos ya apunto de entrar a la ciudad.
Pude por fin soltar el volante y detener el camión, baje y las personas que estaban cerca se acercaron a ayudarme, me preguntaban que si estaba bien por que me veía muy pálido y notaron lo rápido que venia con el camión.
Todo esto paso y para ser sincero, desde ese día se me quitaron las ganas de estar conquistando mujeres, me volví mas reservado y además que pido siempre llevar un compañero que sea mi copiloto, no me gusta viajar solo.
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